¿Cuántas oportunidades dejaste pasar por no licitar?
- Deury Olivares

- 2 dic
- 3 Min. de lectura
No hablar de esto es un error frecuente. No licitar no se siente como una pérdida.
No llega una notificación. Nadie te dice “si hubieras participado, habrías quedado de segundo”. No hay una referencia clara de “lo que pudo ser”.
Pero la ausencia de datos no significa ausencia de impacto.
En sectores como energía, oil & gas, ingeniería, servicios técnicos y proyectos industriales, la licitación es mucho más que un proceso: es el acceso al mercado.
Y cuando una empresa no licita, no es que pierda un contrato. Es que pierde visión, presencia, posicionamiento y oportunidades futuras.

1. Las oportunidades no se pierden cuando alguien más gana. Se pierden antes.
La mayoría de las empresas que no licitan no están “fuera del mercado” por falta de capacidad. Están fuera del mercado por falta de estructura.
Los motivos suelen ser silenciosos:
No hay plantillas listas.
No hay propuesta técnica preparada.
No existe un proceso para evaluar requerimientos.
No se analiza si el contrato es viable.
No hay claridad sobre tiempos internos.
La información vive dispersa entre correos, departamentos y urgencias.
Y cuando llega una licitación, el equipo reconoce que podría participar…pero no está listo para hacerlo bien.
En mercados técnicos, la velocidad es estrategia y la preparación es ventaja competitiva.
2. El costo invisible de no licitar
La mayoría piensa que no participar solo implica no enviar la propuesta. Pero las consecuencias son más profundas:
• Pierdes información de mercado
Cada licitación revela precios, tendencias, competencias, requisitos nuevos, riesgos emergentes.
• Pierdes posicionamiento
El cliente no te ve. No sabe que existes… o no sabe que estás activo.
• Pierdes experiencia interna
Licitar entrena al equipo:mejora criterios, procesos, análisis, visión estratégica.
• Pierdes oportunidades futuras
Muchos clientes invitan a quienes han visto licitar antes, incluso si no ganaron.
• Pierdes capacidad de proyección
Sin licitaciones, no puedes hacer pronóstico de ventas ni planificar crecimiento realista.
No licitar no es “pausar”. Es retroceder sin darte cuenta.
3. Estar listo para licitar no es llenar documentos. Es tener claridad.
Un equipo preparado para licitar no improvisa.Opera con criterios claros:
a) Documentación base lista y estandarizada
Propuestas técnicas, comerciales, hojas de vida, experiencia, metodología, estructura de precios. Todo listo para adaptar, no para crear desde cero.
b) Un proceso interno que protege tiempo y calidad
Saber qué se hace en cada fase: revisión, aclaratorias, riesgos, costos, validaciones, envío.
c) Matrices de análisis y decisión
No todas las licitaciones se deben responder. Pero todas se deben evaluar con criterio.
d) Roles definidos
Quién revisa, quién valida, quién firma, quién envía.
e) Narrativa técnica que proyecte valor real
No se trata solo de cumplir requisitos, sino de transmitir criterio, experiencia y visión.
Cuando existe estructura, la empresa deja de reaccionar… y empieza a competir.
4. Licitar no es burocracia. Es crecimiento.
Existe una idea equivocada en muchas empresas: “Licitamos solo cuando llega una oportunidad grande”.
Pero las compañías que crecen consistentemente tienen otro enfoque: licitar es parte de su estrategia, no una excepción.
Licitan para:
abrir mercados,
entrar en nuevos sectores,
validar precios,
crear presencia,
fortalecer reputación,
entrenar equipos,
aumentar su tasa de conversión futura.
La licitación desempeña un papel crucial en el desarrollo de las empresas.
Participar activamente en procesos de licitación no solo incrementa la visibilidad de la compañía en el mercado, sino que también abre nuevas oportunidades. Además, cada oportunidad que surge a raíz de esa visibilidad puede traducirse en crecimiento.
5. Si 2025 fue ejecución, 2026 debe ser estrategia.
Muchos líderes mirarán atrás este año y dirán: “Podíamos haber crecido más.”
Pero el crecimiento no ocurre por deseo. Ocurre por estructura.
No licitar no es neutral. Tiene un costo que impacta ventas, reputación, estrategia y crecimiento.
La buena noticia es simple: la preparación no requiere grandes cambios,solo requiere claridad, estructura y decisión.
Y una empresa preparada siempre tendrá más puertas abiertas que una empresa que improvisa.



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